lunes, 2 de marzo de 2009

Bombardeo y huida -Febrero de 1937-





















MÁLAGA.

Esta palabra también designa un vino oscuro, de un dulzor empalagoso. En la playa de un mar azul maduran uvas menudas, dulcísimas. En las calles de la ciudad había palmeras. En hoteles blancos, en casas con fachadas marroquíes, entre palmeras y viñas, vivían los ingleses ricos. Estaban en esta ciudad precisamente por su dulzura y por su tranquilidad. En ninguna parte del mundo había un vino tan dulce y un sol tan cariñoso. Había un barrio entero únicamente poblado por negociantes reumáticos de Londres, Liverpool o Glasgow. Algunas veces llegaban hasta las oscuras y estrechas de la extrema barriada del Norte. Las hijas de los negociantes tenían Kodaks; retrataban la miseria pintoresca. En estas calles estrechas vivían los trabajadores, los cargadores, los pescadores...

"El mundo entero fluía, en este momento, en un único sentido." -André Malraux, febrero de 1937-

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