miércoles, 4 de marzo de 2009

TRES VACAS PENSANTES
















Abril de 2008. Ese día estuvimos de ruta senderista con salida en el puerto del Boyar, en Grazalema, y llegada a Benaocaz, a 14 Km, pasando por el que se conoce como "salto del cabrero".- Ya saliendo de Benaocaz hacia la calzada romana, encontramos estas tres vacas echadas en lo alto de una loma, precisamente desde donde se obtenían las mejores vistas, las tres, cada una de un color diferente, parecían comentarse cosas la una a la otra...me pregunté qué estarían diciendo entre mugido y mugido...acabé con los pies hechos polvo...y moreno de albañil.

LA ORILLA DEL RIO: Recto hacia el oeste de la ciudad, en la orilla entre la fundición de cobre y una molienda, se extiende nuestro ejido más ancho. Par llegar allí debemos cruzar el foso seco por un puente de tablones de roble, que se baja todas las mañanas con unas cadenas, desde el interior de la muralla externa, y se alza todas las noches, cerrando el paso. El ejido tiene árboles de sombra generosa, la mayoría limas y robles; hay una senda a lo largo del río, y fuentes talladas con cabezas de demonios y monos. En los días festivos y los domingos de verano, la gente juega a los bolos, lucha, baila, come salchichas, pasea junto al río o se tiende en la orilla. Los comerciantes ricos y sus esposas se mezclan con carniceros, albañiles, fabricantes de cáñamo, lavanderas, aprendices de herreros, aprendices de tejedores de alfonmbras, criados, braceros. En cualquier momento, cuando nos reímos echando la cabeza hacia atrás, o movemos levemente los ojos, podemos ver, a través del ramaje atravedaso por el sol, el río que titila, el abrupto risco, el alto castillo brilando bajo el sol. "El enano, la princesa y la mazmorra".

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