La foto: Playa de la Misericordia, Málaga.
Hoy al salir del trabajo hacía otra vez algo de frío; y de viento. Miré al cielo y pude contemplar toda una república de algodones errantes que saludaban a su paso...
"Vuelven, como cada año a esa playa. Vuelven como los elefantes a los puntos de la tierra en que se ven obligados a abandonar a sus caídos. Vuelven para remover la arena, para hozarla un rato, para derramar lágrimas secas, para mirar el mar, por fin, antes de partir a otro regreso. Quedan huellas de camino, como si todas las travesías fueran circulares"
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ResponderEliminarAntes se ha quedado la cuenta de mi madre así que he borrado el comentario.
ResponderEliminarTe decía esto:
No conozco Málaga pero con tu entrada me han entrado muchas ganas de visitar esa playa.
Me gusta mucho el mundo que describes en tus entradas,tu mundo interior que es bastante rico.
Hoy pretendo llegar a la playa... bueno, vivo en ella, así que es fácil... no en la de la Misericordia, sino en la del Castillo... que también tiene su encanto...a pesar de que hace algo de viento se puede pasear porque la temperatura es buena... mirar al mar y dejarse llevar. El calor del sol me obligará a pararme, a quitarme algo de ropa y a dejarme llevar de nuevo por alguna lectura... quizá me tenga entretenido un par de horas, quizás más... pero es la magia del mar.
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